El manejo del dolor del paciente hospitalizado y en uci es una parte importante de nuestra monitorización como auxiliares veterinarios.
El uso excesivo de opioides para el tratamiento del dolor en pacientes hospitalizados está disminuyendo por los posibles efectos adversos que presentan, teniendo siempre en cuenta que los posibles efectos negativos serán siempre menores que los que tendrá el paciente si sufre dolor.
La analgesia locorregional cada vez se utiliza más en medicina veterinaria principalmente por los mínimos efectos adversos que presenta y porque actualmente no se reduce su uso en el quirófano, sino que podemos utilizarlo en un paciente que se encuentre hospitalizado y presente dolor.
Dentro de las técnicas locorregionales, una de las más utilizadas es la técnica epidural. Con esta técnica podemos bloquear el dolor en extremidades posteriores, cola, región perineal, perianal, abdomen caudal y en ocasiones, abdomen craneal.
Este tipo de técnicas serán realizadas por el veterinario anestesista. Es una técnica rápida que debe realizarse de forma estéril, con el paciente intubado y monitorizado en todo momento.
Los materiales requeridos para el procedimiento son:
- Peladora
- Guantes estériles
- Gasas
- Solución antiséptica (clorhexidina)
- Suero estéril
- Jeringa (diferentes tamaños). Idealmente de baja resistencia (3 cuerpos)
- Aguja espinal
- Fármaco utilizado
Técnica:
La técnica de epidural se realiza en el espacio lumbo-sacro, pero en gatos está recomendado realizarla en el espacio sacro-coccígeo ya que el canal medular se extiende hasta las primeras vértebras sacras y además el tamaño del paciente es menor, por lo que podría realizarse la punción de forma errónea en el espacio subaracnoideo en vez de epidural.
En el espacio epidural hay tejido graso, algunos vasos sanguíneos y existe una cierta presión negativa que nos servirá muy bien para poder localizar este espacio al realizar la inyección.
El paciente debe posicionarse con una extensión craneal de las extremidades posteriores. Antes de realizar la epidural, debemos rasurar al paciente y realizar una limpieza del campo con clorhexidina. Utilizaremos para todo el proceso guantes estériles.
Para localizar el espacio lumbo-sacro, palparemos las cresta ilíacas y entre ellas se encuentra el espacio lumbosacro. En el punto medio de ambas se puede palpar una depresión caudal a la apófisis espinosa de L7 y craneal a las apófisis dorsales fusionadas del sacro.
En gatos buscamos el espacio sacro-coccígeo. Para encontrarlo, movemos la cola dorsal y ventralmente y localizamos el punto en el momento en que palpamos la articulación entre el sacro (vértebra fija) y la primera coccígea (vértebra móvil).
Introduciremos la aguja y retiraremos el fiador introduciendo unas gotas de suero salino estéril llenando el cono de la aguja. En el momento en que la aguja atraviese el ligamento amarillo, se evidencia la presión negativa y sabremos que estamos en el espacio epidural aunque en gatos se reconoce más por palpación que por la técnica gota pendiente.
Podemos saber en qué momento la aguja está en el espacio epidural por diferentes técnicas:
- Pérdida de resistencia: Más complicada en gatos por el tamaño.
- Gota pendiente: En gatos no siempre se observa presión negativa.
- Neuroestimulación: Mediante el empleo de agujas de neuroestimulación.
- Ecografía: Actualmente de poco uso.
Una vez que sabemos que nos encontramos en el espacio epidural, administraremos el fármaco.
Los fármacos más empleados son los anestésicos locales, que permiten un bloqueo completo de toda la zona. Generalmente el volumen total se dosifica en función del peso o tamaño del animal y los más utilizados son lidocaína y bupivacaina.
Las técnicas epidurales no deben ser utilizadas en pacientes con presión intracraneal aumentada, alteraciones en la coagulación, pacientes hipovolémicos, hipotensos, con infecciones cutáneas en la zona de inyección o con anormalidades anatómicas que no nos permitan guiarnos correctamente y aumenten el riesgo de la técnica.
En todo momento el paciente debe estar intubado y monitorizado porque como complicaciones podemos tener hipotensiones severas o apnea por realizarlo en un espacio incorrecto, bloqueando así la ventilación del paciente.