Cirugía digestiva: cuidados post operatorios en UCI

La realidad en la práctica veterinaria es que muchos de nuestros pacientes presentan patologías gastrointestinales. Estas afecciones pueden ser el resultado de enfermedades propias del sistema digestivo o de la ingesta accidental de objetos extraños que los animales no pueden expulsar por sí mismos. Esta problemática es común en la clínica diaria y requiere una atención minuciosa para asegurar el bienestar de los animales.

Una gran parte de los pacientes con patologías gastrointestinales puede ser tratada con procedimientos relativamente sencillos y su condición no suele revestir gravedad. Sin embargo, no debemos subestimar la posibilidad de que algunos casos necesiten tratamientos y cuidados intensivos. Es fundamental estar preparados para brindar una atención exhaustiva y especializada a aquellos animales que presenten complicaciones más serias.

El primer paso crucial en el manejo de cualquier patología gastrointestinal es garantizar que el paciente esté adecuadamente hidratado. Esto implica no solo asegurar una correcta administración de fluidos de mantenimiento, sino también ajustar la cantidad y el tipo de fluidos en función de las pérdidas específicas de cada paciente. Una correcta hidratación es vital para la recuperación y el funcionamiento óptimo del sistema digestivo.

Otro aspecto crítico para monitorizar es el manejo del dolor. Las cirugías gastrointestinales, en particular, suelen ser muy dolorosas. Es esencial mantener al paciente en un estado de confort adecuado, utilizando una combinación de diferentes tipos de analgésicos. Esta estrategia permite evitar una sedación excesiva, facilitando que el animal pueda comenzar a alimentarse lo antes posible, lo cual es un paso fundamental para su recuperación.

Desde el punto de vista nutricional, se recomienda priorizar la nutrición enteral tan pronto como el paciente se haya recuperado de la anestesia y se hayan controlado las náuseas o vómitos. Las dietas blandas y húmedas son especialmente beneficiosas en estos casos, ya que facilitan la digestión y contribuyen a una hidratación adecuada del paciente.

La administración de terapias con antieméticos y el cálculo preciso de las dosis de medicamentos también juegan un papel crucial en el postoperatorio. Los auxiliares veterinarios tienen la responsabilidad de seguir meticulosamente las prescripciones médicas, administrando los tratamientos necesarios para asegurar una recuperación óptima del paciente.

Algunos de los pacientes sufren peritonitis por complicaciones del cuadro gastrointestinal. Si el paciente presenta líquido libre o cae contenido intestinal en la cavidad abdominal, se suelen realizar lavados con suero salino atemperado antes de cerrar el abdomen para eliminar el mayor número de bacterias que puedan estar contaminando. Una vez realizados los lavados, se suele dejar un drenaje cerrado abdominal para permitir que el líquido salga y valorar la producción, el color, la densidad y los cambios que puedan producirse en el líquido.

En conclusión, el manejo de las patologías gastrointestinales en veterinaria requiere una combinación de cuidados intensivos, monitorización constante del estado de hidratación y manejo del dolor, así como una atención nutricional adecuada y la administración precisa de medicamentos. Solo mediante un enfoque integral y meticuloso podemos garantizar el bienestar y la recuperación de nuestros pacientes.

 

 

Coordinadora de Auxiliares del HCV de la UAB

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