¿Qué es una RCP?
RCP son las siglas de reanimación cardiopulmonar y consiste en una serie de maniobras destinadas a mantener todos los órganos vitales oxigenados. Para ello deberemos realizar compresiones torácicas y aportar oxígeno para mantener la sangre oxigenada en circulación.
Las directrices para realizar la reanimación cardiopulmonar en gatos son muy similares a las de los perros, pero tienen alguna diferenciación específica para esta especie, sobre todo a nivel práctico (al realizar la maniobra).
Es muy importante tener claro que si nos encontramos ante una situación que requiere realizar una reanimación cardiorrespiratoriano no debemos perder el tiempo buscando el pulso o intentando auscultar, hay que actuar con rapidez. Si se sospecha que el paciente está en parada (aunque no estemos seguros), si está en apnea o si está realizando jadeos agónicos, hay que realizar la RCP enseguida.
¿Cómo debemos realizar la RCP a nuestro paciente felino?
Si el soporte vital básico ABC (airway, breathing, cirlulation: apertura de las vías respiratorias, restablecimiento de la respiración y restablecimiento de la circulación) se ha hecho de forma correcta, el paciente debería tener una vía aérea permeable. Deberá tener aporte de oxígeno, para ello podemos asegurarnos colocándole un tubo endotraqueal. Lo más conveniente sería que estuviera conectado a una máquina de anestesia a través de un circuito adecuado por donde se le proporcione oxígeno al 100%. Si no disponemos de la máquina de anestesia, se puede usar un Ambú (un dispositivo/bolsa auto inflable que se utiliza para proporcionar ventilación con presión positiva y que se puede conectar al tubo endotraqueal o a una mascarilla en su defecto), este dispositivo se manejará manualmente y aportará aire ambiental con un 21% de oxígeno a nuestro paciente. En este caso la bolsa pediátrica es la más recomendada para gatos. Si tampoco disponemos de un Ambú, podemos realizar respiraciones a través del tubo endotraqueal (que habremos colocado previamente) ya que nuestra exhalación todavía contiene un 16% de oxígeno. Por último, en caso de no disponer de tubo endotraqueal, se puede realizar la respiración boca-hocico (aunque en este caso la pauta de compresiones/respiraciones es diferente).
Siempre que sea posible, el gato debe estar en decúbito lateral y se le realizará la técnica conocida como “teoría de la bomba cardíaca” que consiste en la compresión torácica directa sobre el mismo corazón, ya que la compresión cardíaca directa provoca el flujo de sangre hacia delante. El corazón se puede localizar retirando el codo hacia caudal y/o situándolo entre el 4ª y el 6º espacio intercostal.
La técnica de 1 mano es la más usada y recomendada. Se coloca el pulgar a un alado del corazón (en la parte superior), y los otros cuatro dedos al otro lado (en la parte inferior) envolviendo el esternón.
Se deben realizar entre 100-120 compresiones por minuto asegurándose que hay un periodo de relajación claro entre cada compresión y proporcionar 10 respiraciones por minuto, 1 respiración por cada 10 o 12 compresiones.
Idealmente la reanimación cardiopulmonar debe realizarse durante dos minutos y pasado este tiempo relevar a la persona que lo realiza para evitar lo que se conoce como “fatiga del rescatista” y para ello es importante que estemos preparados para así minimizar al máximo las interrupciones y que la reanimación cardiorrespiratoria sea lo más acompasada, estable y eficaz posible.