Las aves han convivido con el ser humano por muchísimos años. Pero han sido pacientes poco visibles en las clínicas veterinarias hasta los últimos años. Por ello han sido especies infra diagnosticadas y poco evolucionadas en la medicina veterinaria. Con el aumento de los casos clínicos, los propietarios involucrados y los avances científicos se ha avanzado rápidamente en los procedimientos diagnósticos.
Gracias al estudio y descubrimiento de las principales diferencias de las aves en los diferentes procedimientos diagnósticos se han podido desarrollar técnicas adaptadas. Las aves presentan características fisiológicas, metabólicas y anatómicas muy diferentes de los mamíferos, lo cual complica la realización de determinadas pruebas diagnósticas.
En aspectos generales, por ser pacientes de muy pequeño tamaño no toleran extracciones sanguíneas de gran tamaño, lo cual implica el requerimiento de equipos específicos para la realización de determinadas pruebas. Entre las pruebas que vamos a tratar contemplamos: la bioquímica sanguínea y la hematología, la realización de PCR, la citología de buche y el análisis de heces o coprológico.
La bioquímica sanguínea es la prueba de elección para valorar la funcionalidad orgánica. En las aves las principales diferencias se basan en el metabolismo de los ácidos grasos y los residuos nitrogenados, de mayor relevancia la valoración de los triglicéridos frente al colesterol, y el ácido úrico frente a la urea o la creatinina. La bioquímica sanguínea se puede realizar en máquinas convencionales si el tamaño del paciente permite tal volumen de muestra, o en máquinas específicas para ello que funcionan con rotores. Estos rotores tienen analitos preestablecidos, se pueden analizar con sangre entera o plasma y solo requieren 0.1ml de volumen.
La hematología en aves no se puede realizar en analizadores hematológicos clásicos ya que no existe versión adaptada para aves. La principal complicación reside en que los eritrocitos de las aves son nucleados, y en el examen diferencial son confundidos con leucocitos, alterando gravemente ambos resultados. Por ello, el hemograma en aves se realiza en la clínica con varios procedimientos diferentes. El hematocrito se obtiene mediante centrifugación de sangre en un capilar de microhematocrito.También se puede aprovechar el plasma resultante de la centrifugación para la observación de sólidos totales plasmáticos en refractómetro.
La concentración de hemoglobina se puede medir con un analizador específico que solo requiere una gota de sangre para obtener la medición.
El recuento de eritrocitos se realiza por observación en la cámara de neubauer, empleando una dilución y una fórmula para obtener el resultado final. De igual forma, el recuento de glóbulos blancos, o leucograma se obtendrá por observación al microscopio. Se puede realizar por un conteo estimativo en un frotis, mediante una fórmula que implica eritrocitos por campo y un diferencial en el que se cuentan los diferentes leucocitos sobre 100 o 200 para obtener los porcentajes resultantes o el conteo en cámara de neubauer. El recuento diferencial de blancos se realiza haciendo el conteo de los diferentes leucocitos sobre 100 o 200 para su posterior división porcentual.
La realización de PCR es de gran utilidad para el diagnóstico de patógenos concretos, así como la determinación del sexo en aves sin dimorfismo sexual. Dependiendo del patógeno a analizar, el material genético se puede obtener de diferentes muestras, como sangre EDTA, plumas o hisopados de conjuntiva, coana y cloaca. Posteriormente, las muestras serán enviadas a laboratorios externos para su posterior análisis.
Las citologías de buche son una de las pruebas más comunes en aves domésticas, puesto que sirven como diagnóstico de las principales patologías digestivas, y además son la prueba de elección en pollitos papilleros para el diagnóstico de alteraciones del buche. Se pueden realizar mediante hisopado, o lavado y aspiración. Posteriormente se observan al microscopio en la clínica tanto en fresco cómo con tinciones. La tinción gram es muy útil para el diagnóstico de alteraciones de la microbiota del buche.
El examen coprológico es una de las pruebas más realizadas por su bajo coste y gran relevancia en la clínica diaria. Se emplean para el diagnóstico de patologías gastrointestinales y el diagnóstico y tratamiento preventivo de enfermedades parasitarias. Su realización es muy sencilla y no requiere grandes medios, además con el uso de algunas tinciones se puede obtener mucha información de ellos.
Gracias a la adaptación de las pruebas complementarias habituales en otras especies y el desarrollo de nuevas técnicas se han podido avanzar en los medios de diagnóstico en NAC (nuevos animales de compañía), especialmente en las aves.