La terapia láser se ha incorporado cada vez más en medicina veterinaria para una gran variedad de afecciones, incluidas las heridas en la piel; lesiones de músculos, tendones y ligamentos; condiciones neurológicas; artritis; y dolor.
El término láser es un acrónimo de amplificación de luz por emisión estimulada de radiación. El concepto del uso de la luz con fines terapéuticos se denomina fototerapia.
El tipo de láser que más se usa con fines de rehabilitación es conocido como láser de bajo nivel (LLLT) o láser frio aunque el término que mejor lo define es el de fotobiomodulación.
Para poder aplicar está terapia hay que conocer diversos parámetros que ajustaremos en nuestro equipo. Estos son: longitud de onda ,frecuencia , potencia, energía y dosis que variaran en función de el tejido tratar y el objetivo que queramos conseguir.
La radiación láser aporta una cantidad elevada de fotones, la mayor parte penetra directamente y otra parte dispersa y refleja. El hueso absorbe mayor cantidad de energía que la piel o el músculo, así como la piel pigmentada y las capas oscuras. La energía depositada en los tejidos se transforma directamente en efectos biológicos llamados primarios o directos de naturaleza bioquímica, bioeléctrica y bioenergética. A su vez estos desencadenan unos efectos indirectos como el estímulo de la microcirculación y la regeneración tisular.
De estos efectos derivan los efectos terapéuticos que observamos.
Otro de sus aplicaciones es gracias su efecto analgésico. Además ayuda a liberación de endorfinas. La regulación del proceso inflamatorio se consigue gracias a que se estimula la proliferación de células del sistema inmune y reduce los niveles de algunos mediadores de la inflamación.
La acción curativa y regenerativa del láser se explica por el aumento de la producción de ATP que promueve el crecimiento celular.
Al aplicar el láser se deben proteger los ojos del terapeuta, paciente y acompañante con unas gafas especificas para la longitud de onda de nuestro aparato láser además la aplicación ha de ser lo más perpendicular posible para evitar reflexión. Además es importante una correcta iluminación de la sala para mantener la pila contraída.
En función del láser la aplicación puede hacerse puntual (se divide la zona en puntos), aunque en la mayoría se recomienda por barrido (la pieza de mano se desliza sobre la zona a tratar).
La melanina de la piel y el pelo absorben gran parte de la luz láser, por ello es necesario aumentar la dosis en el tratamiento de animales con capas o pieles oscuras para asegurarnos de que la energía penetra en el tejido.