El manejo de perros agresivos en la clínica veterinaria representa uno de los mayores desafíos tanto para el equipo médico como para los tutores. La agresividad puede surgir por múltiples causas —como el miedo, el dolor o experiencias traumáticas previas— y, si no se aborda adecuadamente, puede comprometer la seguridad del personal, dificultar los procedimientos médicos y aumentar el estrés del animal. Por ello, es fundamental entender que la agresión no es simplemente un mal comportamiento, sino una forma de comunicación que nos está diciendo que el perro se siente amenazado o inseguro. En esta charla, exploraremos estrategias prácticas, éticas y seguras para enfrentar estas situaciones, enfocándonos no solo en la contención física, sino también en la prevención, la comunicación efectiva con el tutor y el uso responsable de herramientas y fármacos.