El paciente con disnea

Una de las urgencias que necesitan de atención urgente y que suelen conllevar situaciones extremas son los pacientes que llegan con disnea. Este tipo de paciente se encuentra inestable y muchas veces nuestra manipulación conlleva un extra de estrés y un empeoramiento de su estado.

Es importante contar con una zona equipada y revisada dónde tengamos todo el material que podamos necesitar ordenado y disponible:

  • Fuente de oxígeno
  • Material para intubar y reanimar
  • Kits preparados para realizar toracocentesis y traqueotomías de urgencia
  • Medicaciones para sedar y aliviar la ansiedad del paciente

Para valorar el nivel de disnea de nuestro paciente nos podemos ayudar del análisis de gases arteriales, monitorizar la saturación de oxígeno y la realización de radiografías torácicas una vez esté más estable el paciente.

Cómo métodos de oxigenación contamos con diferentes sistemas:

  • Oxígeno flow-by: requieren sostener el oxígeno continuamente y no nos ofrecen un valor de FiO2 determinado.
  • Collar isabelino: Para un periodo corto de tiempo por la acumulación de humedad. Proviene FiO2 del 60%.
  • Jaula de oxígeno: Efectiva en la urgencia y en animales pequeños. FiO2 no valorable. Cada vez que abrimos la jaula perdemos la concentración de oxígeno.
  • Gafas nasales: Método sencillo y bien tolerado. FiO2 del 40%.
  • Sonda nasal: Opción más efectiva. Podemos colocar 1 o dos sondas y proveer una FiO2 del 40 al 60%.
  • Traqueotomía: ofrece una permeabilidad de la vía aérea cuando hay obstrucciones en la parte más craneal.
  • Intubación: Método que ofrece una FiO2 del 100% para pacientes que no pueden ventilar o oxigenar correctamente.

En estos pacientes es importante que una vez sedados y oxigenados les coloquemos una vía intravenosa para tener una línea de vida y poder ser más efectivos y rápidos con las medicaciones.

En la primera evaluación deberemos realizar una exploración física completa para poder valorar el tipo de disnea y dónde puede estar el problema. Empezaremos a administrar el tratamiento necesario que incluye oxigenoterapia, sedación, inducción e intubación en caso de ser necesario, desobstrucción de las vías aéreas y control de la hipertermia ocasionada por el distrés. Esta exploración la complementaremos con la monitorización del electrocardiograma, saturación de oxígeno, capnógrafo y la presión arterial.

En la segunda evaluación, intentaremos obtener el diagnóstico por medio de ecografías rápidas torácicas, toracocentesis para extraer aire o líquido, análisis de gases arteriales o pruebas de imagen más completas (sólo si tenemos un paciente ya estable).

Este tipo de pacientes necesitan una monitorización completa que incluye desde la simple observación hasta los cuidados intensivos del paciente con ventilación mecánica. Los pacientes con distrés hay que intentar mantenerlos en decúbito esternal, y si no es posible, realizar cambios de lado cada 2-4 horas. Deberemos de mantener la vía aérea libre de obstrucciones mucosas, mantener los drenajes limpios y revisados además de contabilizar el líquido o aire que se produce y realizar nebulizaciones, “coupage” y paseos para movilizar el moco de la cavidad torácica y facilitar su eliminación.

Coordinadora de Auxiliares del HCV de la UAB

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