Enfermedades infecciosas en gatos I

Las enfermedades infecciosas siguen siendo la primera causa de muerte no traumática en gatos jóvenes o menores de 5 años. Esto hace que pasen a formar parte de nuestro día a día clínico tomando una importante relevancia en nuestro trabajo. Es por eso que debemos estar muy bien informados y actualizados sobre el conocimiento de estas enfermedades para saber cómo debemos enfrentarnos a ellas, tanto en los cuidados y la salud del paciente, como en la clínica para así evitar contagios. Si conocemos y entendemos estas enfermedades también les podremos trasladar a los propietarios toda la información para el cuidado de sus mascotas y, sobre todo, para la prevención de dichas enfermedades. En este blog os comentaré brevemente algunas de las más relevantes: el calicivirus felino (FCV), el herpesvirus felino tipo 1 (FHV-1), la inmunodeficiencia felina (FIV), la leucemia felina (FeLV), la peritonitis infecciosa felina (PIF) y la enteritis infecciosa felina (Panleucopenia).

Calicivirus felino

Es una enfermedad felina muy frecuente y extendida además de muy contagiosa. Se puede presentar de forma aguda o crónica y tiene una clínica muy parecida al herpesvirus. El virus se excreta en las secreciónes oro-nasales o de la conjuntiva facilitando los contagios de forma directa o a través de los fómites. Los gatos infectados pueden excretar el virus durante semanas post infección y éste tiene una capacidad infecciosa en el ambiente de hasta una semana.

Los principales signos clínicos que provoca en los gatos son la afectación de las vías respiratorias altas y la gingivoestomatitis.

Para poder diagnosticar el herpesvirus hay que basarse en el cuadro clínico del paciente y realizar una PCR (prestando especial atención a los falsos negativos). Estos pacientes deberán recibir un tratamiento de soporte con mucolíticos y nebulizadores y la medicación correspondiente según su cuadro clínico y deberos monitorizarlos teniendo especial cuidado en las vías altas respiratorias, el dolor de boca y el aporte nutricional. En la clínica deberán estar aislados del resto de pacientes, y deberemos tomar precauciones para no contagiar al resto de pacientes usando guantes, material desechable y dando importancia a la limpieza y desinfección. La mejor prevención es la primovacunación y evitar el contacto con gatos infectados.

Herpesvirus felino tipo uno (FHV-1)

Es una enfermedad muy parecida al calicivirus felino, pero con un peor pronóstico. El virus es igual de contagioso, aunque en este caso, las temperaturas altas lo vuelven menos infectante. Cursa además con una clínica muy similar, siendo su principal signo clínico la afectación de las vías altas respiratorias, aunque esta vez también viene acompañado de afectaciones oculares y posible rinitis crónica. Las pruebas clínicas también se basan en el estudio del cuadro clínico del paciente que se puede complementar con una PCR (teniendo en cuenta los falsos positivos).
Los pacientes deberán recibir un tratamiento de soporte con mucolíticos, nebulizadores y la medicación correspondiente según su cuadro clínico y debemos monitorizarlos teniendo especial cuidado en las vías altas respiratorias, las secreciones faciales y el aporte nutricional. Estos pacientes también deberán estar aislados del resto de pacientes, y deberemos tomar las mismas precauciones que en el paciente con calicivirus.

En este caso también se recomienda la vacunación preventiva y evitar el contacto con gatos infectados.

Inmunodeficiencia felina (FIV)

Esta es una enfermedad que causa alteraciónes en el sistema inmunitario del paciente. Una vez infectado permanecerá así de por vida, y su pronóstico es reservado. La transmisión del virus se produce a través de la saliva, por lo que toman especial relevancia los mordiscos y el acicalamiento entre gatos. Su sintomatología está dividida en tres fases con diferentes cuadros clínicos cada una de ellas.

Las pruebas más comunes para diagnosticar esta enfermedad son el test rápido de anticuerpos o la PCR, pero como siempre, se deberá tener en cuenta los falsos positivos/negativos.
En la clínica no hace falta aislamiento, pero deberemos usar guantes y un manejo cat friendly para evitar estrés. Aunque este virus es poco resistente en ambiente, no podemos descuidar la limpieza y desinfección.

Al propietario debemos recomendar la primovacunación (para evitar enfermedades secundarias), testar y mantener al animal inddor. En caso de tener un gato FIV+, son recomendable las revisiones cada 6 meses y analíticas anuales.

Leucemia felina (FeLV)

Esta enfermedad está causada por un retrovirus que genera una grave inmunodepresión. Las células quedan infectadas de por vida y su pronóstico es reservado, aunque tiene una alta tasa de mortalidad. Su transmisión es a través de la secreción nasal, orina, heces, leche materna y, sobre todo, de la saliva. La manera más común de diagnosticar esta enfermedad son el test de antígenos y la PCR.

Los gatos tienen cuatro maneras de infectarse según su respuesta inmunitaria. No existe tratamiento ni cura, pero se aplicará tratamiento de soporte y medicación según la sintomatología que surja en los diferentes cuadros clínicos de la enfermedad secundaria existente.

En la clínica se puede hospitalizar con los demás pacientes aplicando tratamiento de soporte y teniendo especial cuidado en mantener un buen manejo cat friendly y lavarnos o usar guantes antes y después de manipularlos.

En cuanto al ambiente, la limpieza y desinfección habitual serán suficientes ya que el virus es poco resistente al ambiente.

Existe una vacuna cuya primera dosis debe aplicarse entre las 8-9 semanas de vida, además, al propietario también debemos recomendarle que mantenga su gato indoor y mantenga las desparasitaciones regulares.

En caso de tener un gato FeLV+ se deben realizar revisiones semestrales y analíticas anuales.

Peritonitis infecciosa felina (PIF)

El PIF es una enfermedad causada por una mutación del coronavirus felino con un rápido progreso y un mal pronóstico. Este virus es altamente contagioso y su transmisión es principalmente por vía oro-fecal. El gato infectado puede excretar virus durante semanas o meses y la forma más común de contagiarse es a través del acicalamiento. El PIF tiene dos formas clínicas: efusiva (PIF húmedo) o no efusiva (PIF seco). No existen pruebas ni test específicos para el PIF, pero además de los signos clínicos, podemos ayudarnos de pruebas diagnósticas como la radiografía, la ecografía, la analítica de sangre o el test de Rivalta para realizar un mejor diagnóstico. Tampoco existe tratamiento ni cura para el PIF y deberemos actuar según su estado clínico ayudándonos del tratamiento de soporte y prestando espacial cuidado a la posible disnea o distensión abdominal del paciente con PIF húmedo. En la clínica no requiere aislamiento y podemos aplicar la limpieza y desinfección habituales ya que este virus es poco resistente al ambiente.

Enteritis infecciosa felina (Panleucopenia)

Ésta es una enfermedad vírica extremadamente contagiosa con alta resistencia ambiental, alta tasa de mortalidad y que afecta sobre todo a gatitos y gatos no vacunados. Se transmite a través de la saliva, la orina, las heces y el vómito de forma directa, o indirecta a través de fómites ya que es un virus altamente resistente, pudiendo permanecer meses en el ambiente. La panleucopenia se caracteriza por afectar al sistema digestivo e inmuninatario. La sintomatología y la analítica de sangre pueden ayudarnos en el diagnóstico, pero otra forma segura y rápida de confirmarlo es realizando un test de antígenos en heces o una PCR (en sangre o heces). No existe un tratamiento específico para la panleucopenia, deberemos aplicar tratamiento de soporte con su correspondiente medicación y prestando especial atención en la hidratación y la sintomatología gastrointestinal. En la clínica cualquier gato que está bajo sospecha de padecer panleucopenia deberá ser aislado, llevando a cabo un riguroso protocolo específico para evitar el contagio a otros pacientes y elegir muy bien el producto desinfectante que se usará para la limpieza ya que este virus además de ser extremadamente resistente en ambiente, también es resistente a la mayoría de soluciones. Existe una vacuna que está incluida en la primovacunación la cual debemos informar y recomendar al propietario, ya que la prevención siempre es la mejor opción.

Raquel Bernabé, auxiliar de veterinaria

ATV responsable hospitalización y equipo enfermería Clínica Felina Barcelona