Errores comunes en urgencias veterinarias y cómo evitarlos

En las urgencias veterinarias, el tiempo corre en nuestra contra y perder tiempo en realizar acciones o en tomar decisiones pueden ocasionar desenlaces fatales. La respuesta debe ser inmediata por lo que trabajar bajo tanta presión hace que la probabilidad de cometer errores se vea aumentada considerablemente. Por ello, es muy importante entender cuáles son los principales errores que se comenten en urgencias, porqué suceden y si podemos evitarlos o minimizarlos.

El objetivo de este podcast es mejorar nuestra atención a nuestros pacientes, repasando las principales situaciones y que en ocasiones suelen pasar desapercibidas por la descarga de adrenalina del momento.

Uno de los errores más peligrosos es no conocer la urgencia real del paciente. Hay animales que llegan caminando, aparentemente tranquilos pero que en realidad se encuentran en una situación muy urgente: abdomen agudo, cuerpo extraño…por lo que en estos casos conviene estar muy bien entrenado en el triaje efectivo y sistemático y en caso de no estar seguros, pedir ayuda o una segunda opinión.

En ocasiones, la falta de protocolos claros suele ser el desencadenante de las malas decisiones. En el caos de las urgencias, es muy fácil caer en el desorden, saltarse pasos importantes o perder el foco de lo verdaderamente crítico. Aplicar el abordaje del ABC (vía aérea, respiración y circulación) ayuda a establecer prioridades, organizar el pensamiento clínico y actuar con mayor seguridad.
En el caso de las medicaciones, el error suele ser equivocarse con las dosis o con la vía de administración. Estos errores, que nos pueden parecer insignificantes, pueden ocasionar consecuencias fatales. Se pueden evitar con una doble verificación o con el uso de aplicaciones de cálculo.

En el caso de los profesionales más jóvenes, a veces priorizan el diagnóstico a la estabilización por lo que pueden someter al paciente a pruebas que pueden poner en riesgo su vida o prolongar situaciones críticas como no asegurar la oxigenación o tratar el dolor. La solución está en cambiar el enfoque y centrarse en estabilizar al paciente.

La comunicación con los tutores también ocupa un lugar muy importante en los errores de urgencias. No informar claramente sobre la gravedad del cuadro, los posibles tratamientos o las pruebas necesarias y los consiguientes gastos puede ocasionar conflictos y decisiones clínicas inadecuadas. Hablar con claridad y empatía es esencial en el trabajo de emergencias.

Un punto crítico en las urgencias es la experiencia y el anticiparse a las complicaciones y estar muy pendientes de la posible descompensación de los pacientes. La experiencia solo la podemos obtener con el paso del tiempo, pero la monitorización constante, reevaluación y la preparación del material minimiza los daños cuando aparecen la desestabilización del paciente.

Finalmente, reflexionamos sobre un punto clave: la falta de entrenamiento ante situaciones críticas como la RPC, intubaciones traqueales o toracocentesis. Invertir tiempo en practicar estos procedimientos es una de las mejores formas de reducir errores y mejorar resultados.

Coordinadora de Auxiliares del HCV de la UAB | Servicio de Urgencias y Cuidados Intensivos

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