Introducción a las enfermedades del sistema endocrino: Tiroides

El sistema endocrino es el mayor responsable del control del metabolismo. Mantiene una estrecha relación con el sistema nervioso central, formando el sistema neuroendocrino.

Está compuesto por glándulas, que son las responsables de liberar al torrente sanguíneo sustancias químicas, hormonas, capaces de catalizar reacciones que provocarán cambios tanto a nivel metabólico, como del sistema nervioso central y límbico.

El sistema neuroendocrino lo componen:

  • Hipotálamo.
    • Hipófisis o glándula pituitaria.
  • Tiroides.
  • Paratiroides.
  • Arenales.
  • Páncreas.
  • Ovarios y testículos.

Un mal funcionamiento del sistema endocrino será el causante de una gran variedad de patologías crónicas.

Glándula tiroides.

La glándula tiroides es una estructura de tejido conectivo bilobulada, en forma de C, de color rojo oscuro, que se encuentra rodeando la tráquea.

Principalmente, produce dos tipos de hormonas:

  • H. calcitonina, producida por las células C y que junto a la glándula paratiroides nivelan los niveles de calcio en sangre.
  • H. tiroidea, producida en los folículos. Forman parte de la producción de tirosina que es el compuesto base a partir del cual se sintetizan las hormonas tiroxina (T4) y triyodotironina (T3).

Alteraciones de la glándula tiroides.

Estas alteraciones pueden ser producidas por una producción excesiva o insuficiente de hormona.

  • Hipotiroidismo:

Es debido a una producción insuficiente de hormona tiroides y, por tanto, una producción inadecuada de las hormonas t3 y t4. Es bastante común en perros y muy poco habitual en gatos.

A priori no existe predisposición ni racial, ni de edad o de género evidente, todo y que si se ha observado mayor prevalencia en animales esterilizados en comparación a no esterilizados. Y algunas razas también con mayor prevalencia, como, por ejemplo: golden retriever, doberman, teckel, boxer, cocker spaniel, pinscher, setter irlandés, schnauzer, caniche, etc.

  • Hipotiroidismo primario:

Se produce en la mayoría de los casos, 95% y es debido a la destrucción progresiva de la glándula tiroides.

    • Inmunomediado
    • Idiopático.
    • Hiperplasia folicular o neoplasia infiltrativa.
  • Hipotiroidismo secundario:

Es menos habitual, puede ser causada por una malformación o neoplasia pituitaria.

 

Signos clínicos:

  • Metabólicos.
    • Letargia.
    • Intolerancia al frío.
    • Apatía.
    • Aumento de peso.
  • Dermatológicos.
    • Alopecia.
    • Seborrea o dermatitis.
    • Cambios en el pelaje y color de capa.
    • Pioderma.
    • Pelo seco.
    • Hiperpigmentación.
    • Otitis.
    • Mixederma.
  • Neuromusculares.
    • Temblores.
    • Alaxia.
    • Signos vestibulares
    • Parálisis facial
    • Ataques.
  • Cardiovascular
    • Bardicardia.
    • Arritmias cardíacas.
  • Gastrointestinal
    • Diarrea.
    • Constipación.
  • Oculares.
    • Queratoconjuntivitis seca.
    • Depósitos de lípidos corneales.
    • Uveítis.
    • Úlceras corneales.
  • Hematológicos.
    • Anemia.
    • Hiperlipidemia.
    • Coagulopatía.
  • Reproductivo
    • Anormalidades en ciclos.
    • Atrofia testicular.

El diagnóstico se realizará mediante una anamnesis completa, incluyendo historia clínica anterior, exploración física y analítica completa que incluya pruebas endocrinas específicas.

Una vez diagnosticado se debe iniciar tratamiento con levotiroxina sintética a 0,02 mg/kg, el tratamiento inicialmente se administrará dos veces al día, siendo la dosis máxima de 0,8mg/ toma.

Los signos clínicos mejorarán a las pocas semanas de iniciar el tratamiento.

Cuidados de enfermería.

Si bien el pronóstico de un paciente hipotiroideo es excelente y tiene una calidad de vida totalmente normal, es importante la concienciación del propietario en cuanto a una correcta realización de la pauta de medicación (idealmente en la constancia horaria y en ayunas) y en la realización de los controles analíticos necesarios (a las 4 – 8 semanas tras iniciar el tratamiento y una vez establecida la dosis óptima controles anuales o bianuales).

  • Hipertiroidismo

Es un trastorno multisistémico producido debido a una producción excesiva de hormona tiroidea.

Es un trastorno más común en el gato que en el perro. No tiene predisposición racial ni de género y es más habitual en gatos mayores o de mediana edad >13 años.

    • Adenoma tiroideo, se produce en el 97- 99% de los casos y es benigno.
    • Adenocarcinoma tiroideo, es menos habitual el 1 – 3% de los casos.
    • Tejido tiroideo ectópico, habitualmente localizado en mediastino o en otras partes del cuerpo.

La etiología de la enfermedad es desconocida, todo y que se sospecha que es multifactorial.

  • Dieta.
  • Medioambienta.
  • Predisposición genética.

 

Signos clínicos:

  • Polifagia.
  • Pérdida de peso / Caquexia.
  • Taquicardia.
  • Soplo cardíaco.
  • Poliuria / Polidipsia.
  • Vómitos.
  • Diarrea.
  • Cambios de aspecto en pelo y piel.
  • Aumento de enzimas hepáticas.
  • Cambios comportamentales (vocalización, irritabilidad, etc.).

 

El diagnóstico es suele ser incidental, tras una visita rutinaria y mediante una anamnesis completa, incluyendo exploración física e historia clínica detallada. Analítica completa con analítica tiroides específica.

El tratamiento de elección puede ser manejo medicamentoso con metimazol, quirúrgico (menos frecuente), terapia con yodo radioactivo o dieta restrictiva en yodo.

 

  • Tumor tiroideo canino.

Dentro de las neoplasias caninas, el tumor tiroideo es poco habitual, 1 – 2% de los casos, de los cuales del 70 al 100% de los casos es maligno.

Este tipo de tumores puede provocar hiper o hipotiroidismo, en un 10% de los casos el tumor es funcional y produce hormona tioridea, mientras que en la mayoría de los casos el tumor es destructor y resulta en una disminución en la producción de hormona tiroidea.

Es habitual en pacientes adultos/geriátricos >10 años y muy común en razas como el boxer, golden retriever y beagle.

 

Signos clínicos:

  • Masa en cuello.
  • Dificultad al tragar.
  • Regurgitación
  • Tos.
  • Taquipnea y/o disnea.
  • Cambios en el ladrido o vocalización.

En tumores funcionales (hipertiroidismo)

  • Poliuria / Polidipsia.
  • Polifagia.
  • Cambios de comportamiento.
  • Poca calidad del pelaje y cambio de color.
  • Pérdida de peso.    

En el proceso de diagnóstico se realizarán analítica completa con estudio tiroideo específico, pruebas de imagen, incluyendo ecografía abdominal, radiografía de tórax o bien la realización de TAC de área cervical, tórax y abdomen para estadiar y descartar metástasis.

El diagnóstico definitivo ser realizará mediante el estudio citológico y/o histopatológico.

El tratamiento de elección dependerá del tamaño y lo invasivo que sea el tumor.

  • Quirúrgico: indicado en masas pequeñas y movibles.
  • Radioterapia: masas grandes y que no puedan ser completamente extirpables.
  • Yodo radioactivo, como tratamiento único o complementario al tratamiento quirúrgico.
  • Quimioterapia: recomendado en pacientes con riesgo de metástasis.

 

Servicio de hospitalización y cuidados intensivos del HVG.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *