Los problemas de conducta entre gatos que conviven pueden surgir por varias razones. Es clave entenderlos para llegar a un buen diagnóstico y poder implementar un plan de tratamiento adecuado para evitarlos o restablecer una convivencia armoniosa. Entre los problemas más comunes están la agresividad territorial, por miedo, competencia de recursos o juego; el estrés y ansiedad; falta de estimulación y problemas relacionados con el arenero (eliminación inadecuada).