La vejiga de la orina es un órgano muscular de forma oval, hueco y distensible, localizado dentro de la cavidad abdominal.
Comprimir la vejiga urinaria es un procedimiento relativamente sencillo, no obstante no se encuentra libre de riesgos, por lo que antes de proceder a comprimir una vejiga urinaria en un paciente con dificultad o incapacidad para orinar deberemos saber realizar el procedimiento correctamente.
Antes de proceder a realizar la compresión deberemos estar familiarizados a palpar la vejiga de la orina. La vejiga de la orina se encuentra dentro de la cavidad abdominal, concretamente en la región pélvica, donde se encuentra sobre todo cuando está vacía o con poca cantidad de orina. A medida que se distiende irá ocupando mayor espacio dentro de la cavidad abdominal.
La vejiga urinaria es un órgano hueco y globoso, por lo que a la palpación notaremos un “globo” del tamaño de entre una pelota de ping-pong y una naranja, más o menos dura a la palpación, dependiendo de lo distendida que se encuentre.
El vaciado por compresión será un buen procedimiento en aquellos pacientes que, por diferentes motivos no puedan orinar por si mismos durante varios días y por lo tanto puedan requerir el sondaje urinario varias veces al día y durante un periodo de tiempo prolongado.
Es el caso de los pacientes con lesiones neurológicas, sobre todo en pacientes con hernia discal y no ambulatorios. Son pacientes que no son capaces de orinar por si solos y que requerirán una valoración de la distensión de la vejiga urinaria frecuentemente, cada 6 u 8 horas. De esta manera podremos valorar si nuestros pacientes orinan voluntariamente o por rebosamiento.
Debemos recordar que la vejiga de la orina es un órgano de tipo muscular, por lo que mantener la vejiga urinaria llena y por lo tanto muy distendida provoca atonía muscular e incontinencia.
En cambio en pacientes con incapacidad para orinar debido a una obstrucción uretra (cálculos, tumor,…), vaciar la vejiga urinaria por compresión no será el procedimiento de elección.
Para realizar la palpación de la vejiga urinaria, podemos colocar al paciente en decúbito lateral o en standing y con el tercio posterior ligeramente flexionado, de esta manera, imitaremos la posición natural de la micción, por lo que facilitaremos la compresión.
Una vez tengamos al paciente correctamente colocado, en la posición que nos sea más cómoda a la hora de manipular al paciente, colocaremos la mano rodeando el abdomen del paciente en la zona de abdomen medio-caudal.Apretaremos el abdomen del paciente ligeramente, será un movimiento suave y sin ejercer mucha presión de golpe, como si tuviéramos la intención de tocarnos las yemas de los dedos de un lado a otro y buscando localizar la vejiga urinaria.
Una vez localizada intentaremos delimitarla y, sin dejar de hacer compresión, moveremos la mano de caudal a craneal para “dibujar” entre nuestro dedos la forma de la vejiga urinaria. Cuando ya hemos localizado correctamente la vejiga de la orina y sin dejar de realizar compresión apretaremos además como con intención de empujar la vejiga hacia la zona caudal, para estimular el esfínter e iniciar la micción.
Una vez iniciada la micción y sin dejar de realizar presión acompañaremos poco a poco a medida que la vejiga se va vaciando.
Es importante recordar que la compresión no debe realizarse de manera brusca, sino que debe ser poco a poco y de manera sostenida hasta que la vejiga este completamente vacía. Si dejáramos de realizar presión se detendría la micción y deberemos volver a empezar.
A la hora de realizar la compresión el paciente debe encontrarse lo más relajado posible. No debemos luchar con el paciente, hay que recordar que en ocasiones estos pacientes han sido operados y tendrán dolor, por lo que debemos manipularles con cuidado. Si son pacientes de gran tamaño o que se mueven mucho probablemente el procedimiento deberá ser realizado entre dos personas.
No olvidar que a pesar de ser un procedimiento poco invasivo, no se encuentra libre de inconvenientes:puede provocar dolor, sobre todo en aquellos pacientes recién operados de hernia discal por dolor reflejo de la columna. O en los casos más graves provocar lesiones, como por ejemplo perforaciones en la vejiga de la orina, sobre todo en aquellas muy distendidas y en las que ejerzamos demasiada fuerza o presión durante la compresión.