En odontología hay muchos instrumentos que se desgastan con el uso y es imprescindible mantener bien afilados, en su estado óptimo, para poder trabajar bien y que desarrollen la función para la que están destinados. Los más afectados son precisamente los que usamos con más frecuencia y tienen superficies cortantes. Según la casuística de cada centro y el volumen de procedimientos que hagamos será necesario revisar el estado de los instrumentos más o menos a menudo. Quedan a parte todos los tipos de tijeras, ya que requieren de afilado con máquina, siendo recomendable su externalización.
· Un buen afilado es necesario para:
- Mejorar la eliminación del cálculo.
- Ayudar a la sensibilidad táctil del odontólogo.
- Mantener la función de cada instrumento en su punto óptimo.
- Conservar el filo y la forma original de los instrumentos – el diseño.
Para realizar el afilado necesitamos disponer de ciertos materiales que a continuación describimos.
· Piedras de afilado:
- Naturales: Las Arkansas. Son de origen fósil, grano fino y frágiles. Disponibles en diversos tamaños y formas. Para el afilado utilizaremos aceite para lubricarlas y para acabar retiraremos los restos con una gasa.
- Artificiales: De carborundo, más toscas, de cerámica, o las India, de grano fino o medio. Disponibles en diversos tamaños y formas. Para el afilado se humedecen con agua y para acabar se retiran los restos con una gasa.
Todas se pueden esterilizar, ya sea después de limpiarlas bien con un cepillo o pasándolas por el ultrasonidos.
Probador: Normalmente acrílicos. Se utilizan para colocar los instrumentos encima como si fuese a trabajar sobre el diente y ver si están suficientemente afilados.
Lupa: Para comprobar visualmente el afilado. Posicionando el instrumento debajo podemos observar si se refleja o no la luz.
· Para el control del afilado:
- Con un probador acrílico, normalmente en forma de cilindro.
- Si la luz se refleja en la superficie significa que está roma.
· Explicamos cómo realizar el procedimiento de afilado que luego veremos en los vídeos. Hay diferentes métodos:
- Dejando la piedra quieta y moviendo el instrumento.
- Dejando el instrumento quieto y moviendo la piedra (el elegido por nosotros).
- Mediante afiladores mecánicos.
Hoy veremos cómo afilar diferentes instrumentos de uso muy habitual:
Luxadores
Técnica:
1 – Comprobar el grado de desafilado.
2 – Lubricar la piedra.
3 – Tener en cuenta el diseño, para así respetar la forma y ver cuál es la superficie de corte, que normalmente es la cara del final de la caña.
4 – Colocar la piedra sobre una superficie plana y fijarla con una mano.
5 – Coger el luxador con el dedo índice sobre la parte posterior de la caña y colocarlo a unos 10º sobre la base (comprobar siempre las indicaciones del fabricante).
6 – Aplicar movimientos hacia delante y hacia detrás. Siempre acabar el movimiento hacia el mango para evitar las esquirlas en la superficie de corte.
7 – Observar cuando se cree una película de material negruzco, que correspondeal metal que se ha eliminado (sludge en inglés).
8 – Comprobar el grado de afilado. Repetir el paso nº6 si es necesario.
Raspadores y curetas universales
Técnica:
1 – Comprobar el grado de desafilado.
2 – Lubricar la piedra.
3 – Tener en cuenta el diseño. Las curetas tienen una superficie de corte por ambos lados y en ambos extremos.
4 – Coger la piedra entre nuestros dedos con la mano no dominante. Pegamos el codo al cuerpo.
5 – Coger la cureta con la palma de la mano y la cara del instrumento paralela al suelo. Pegamos el codo al cuerpo.
6 – Colocar la piedra a 110º con respecto a la vertical de la cureta y aplicar movimientos hacia arriba y hacia abajo. Siempre acabar el movimiento hacia abajo para evitar las esquirlas en la superficie de corte.
7 – Observar cuando aparezca el sedimento.
8 – Comprobar el grado de afilado. Repetir el paso nº6 si es necesario.
Lo más importante en el proceso de afilado de cualquier instrumento es ser delicado. Con muy poco se reduce mucho material. Es esencial mantener la forma original del instrumento y no afilar partes que no sean las específicas para el corte.
