Colocación del catéter periférico
Uno de los procedimientos más habituales en la práctica veterinaria es la colocación de una vía periférica, por ello, es necesario tener un protocolo generalizado en nuestro centro y que asegure la colocación de la forma más aséptica posible evitando complicaciones como flebitis, fiebre de origen desconocido, necrosis en el punto de colocación, abscesos, etc.
Primero de todo, deberemos lavarnos las manos antes de empezar, ya que la utilización de guantes de exploración no sustituye este paso.
A continuación, deberemos preparar el material necesario: es importante tenerlo todo a mano para evitar movimiento del paciente y de la vía antes que podamos fijarla debidamente.
El material que necesitamos se compone de:
- Rasuradora
- 2 tiras esparadrapo de papel de 1.25 cm de grosor
- 2 tiras de esparadrapo de papel de 2.5 cm de grosor
- 2 tiras de esparadrapo de tela de 2.5 cm de grosor
- Guantes de exploración
- Tirita estéril
- Catéter “overtheneedle”
- Gasas para limpiar la piel con alcohol (3), clorhexidina solución (3) y clorhexidina jabonosa (3)
- Alargo corto drenado
- Tapón estéril
- Venda de algodón sintético y venda cohesiva.
- Material para toma de muestra sanguínea (en caso de necesitarla)
Para realizar el procedimiento en sí debemos seguir los siguientes pasos:
Rasuramos por encima de carpo/tarso de la extremidad dónde queramos colocar el catéter, 360º y unos 5 cm de ancho (según tamaño paciente haremos un poco más o menos). Desinfectamos primero con la solución jabonosa y después con el alcohol como si fuera un procedimiento quirúrgico. Por último, limpiaremos con la clorhexidina dejando que la solución actúe en la piel por 15-30 segundos mientras nos preparamos el material. En este momento abrimos la tirita y el catéter. Colocamos una gasa seca en el pelo que hemos dejado en la parte distal de la extremidad y procedemos a colocar el catéter, con ayuda de un compañero que nos realice la compresión con su mano para que se ingurgite la vena. Hay que pinchar con unos 15-30º de inclinación dependiendo si el vaso se encuentra muy superficial o más profundo. Una vez tocado el vaso, empezará a llenarse de sangre la parte mas externa del fiador; en este momento retiramos un poco el fiador e introducimos el catéter completamente. La inserción debe ser suave y sin resistencias. Una vez colocado, ponemos la tirita estéril en el punto de inserción y lo fijaremos. Primero, con el esparadrapo fino de papel hacemos unas alitas para sujetar el catéter, el segundo esparadrapo de papel lo pasamos en forma de “V” para anclar el catéter y evitar que se desprenda con algún tirón. Seguimos cubriendo toda la zona con el esparadrapo de papel y volvemos a cubrir con el de tela para darle mayor fijación. Si queremos una muestra sanguínea, retiramos el fiador y aspiramos a través del catéter para obtener a muestra. A continuación, colocamos el alargo para comprobar que la vía esté dentro y que la entrada del catéter no se contamine.
Por último, vendaremos con algodón sintético y venda cohesiva para evitar que el paciente se arranque el catéter, que el alargo lesione la piel y que la vía se contamine por posible contacto con fluidos del animal.
Normalmente, deberemos cambiar los catéteres periféricos a las 72 horas de uso, pero si el animal presenta fiebre después de llevar una vía, muestra signos de molestia o vemos que la zona del catéter está hinchada/roja/blanquecina/caliente o fría deberemos de realizar el cambio inmediatamente.
Para el buen manejo de las vías, éstas de deberán manipular siempre con guantes, desinfectar los puertos de inyección de fármacos con alcohol antes de inyectar cualquier fármaco y evitar las desconexiones en paseos, pruebas, etc., el paciente deberá movilizarse con su sistema cerrado. Para su buena conservación, deberemos hacer un “flush” antes y después de las interrupciones de la fluidoterapia. Si el paciente ya no necesita fluidos, pero conservamos la vía para otros fines, deberemos hacer el “flush” cada 4 horas y antes y después de cada administración farmacológica.