Enfermedades infecciosas en gatos II

Las enfermedades infecciosas siguen siendo la primera causa de muerte no traumática en gatos jóvenes o menores de 5 años. Esto hace que pasen a formar parte de nuestro día a día clínico tomando una importante relevancia en nuestro trabajo. Es por eso que debemos estar muy bien informados y actualizados sobre el conocimiento de estas enfermedades para saber cómo debemos enfrentarnos a ellas, tanto en los cuidados y la salud del paciente, como en la clínica para así evitar contagios. Si conocemos y entendemos estas enfermedades también les podremos trasladar a los propietarios toda la información para el cuidado de sus mascotas y, sobre todo, para la prevención de dichas enfermedades. En este blog os comentaré brevemente algunas de las más relevantes: el calicivirus felino (FCV), el herpesvirus felino tipo 1 (FHV-1), la inmunodeficiencia felina (FIV), la leucemia felina (FeLV), la peritonitis infecciosa felina (PIF) y la enteritis infecciosa felina (Panleucopenia).

Leucemia felina (FeLV)

Esta enfermedad está causada por un retrovirus que genera una grave inmunodepresión. Las células quedan infectadas de por vida y su pronóstico es reservado, aunque tiene una alta tasa de mortalidad. Su transmisión es a través de la secreción nasal, orina, heces, leche materna y, sobre todo, de la saliva. La manera más común de diagnosticar esta enfermedad son el test de antígenos y la PCR.

Los gatos tienen cuatro maneras de infectarse según su respuesta inmunitaria. No existe tratamiento ni cura, pero se aplicará tratamiento de soporte y medicación según la sintomatología que surja en los diferentes cuadros clínicos de la enfermedad secundaria existente.

En la clínica se puede hospitalizar con los demás pacientes aplicando tratamiento de soporte y teniendo especial cuidado en mantener un buen manejo cat friendly y lavarnos o usar guantes antes y después de manipularlos.

En cuanto al ambiente, la limpieza y desinfección habitual serán suficientes ya que el virus es poco resistente al ambiente.

Existe una vacuna cuya primera dosis debe aplicarse entre las 8-9 semanas de vida, además, al propietario también debemos recomendarle que mantenga su gato indoor y mantenga las desparasitaciones regulares.

En caso de tener un gato FeLV+ se deben realizar revisiones semestrales y analíticas anuales.

Peritonitis infecciosa felina (PIF)

El PIF es una enfermedad causada por una mutación del coronavirus felino con un rápido progreso y un mal pronóstico. Este virus es altamente contagioso y su transmisión es principalmente por vía oro-fecal. El gato infectado puede excretar virus durante semanas o meses y la forma más común de contagiarse es a través del acicalamiento. El PIF tiene dos formas clínicas: efusiva (PIF húmedo) o no efusiva (PIF seco). No existen pruebas ni test específicos para el PIF, pero además de los signos clínicos, podemos ayudarnos de pruebas diagnósticas como la radiografía, la ecografía, la analítica de sangre o el test de Rivalta para realizar un mejor diagnóstico. Tampoco existe tratamiento ni cura para el PIF y deberemos actuar según su estado clínico ayudándonos del tratamiento de soporte y prestando espacial cuidado a la posible disnea o distensión abdominal del paciente con PIF húmedo. En la clínica no requiere aislamiento y podemos aplicar la limpieza y desinfección habituales ya que este virus es poco resistente al ambiente.

Enteritis infecciosa felina (Panleucopenia)

Ésta es una enfermedad vírica extremadamente contagiosa con alta resistencia ambiental, alta tasa de mortalidad y que afecta sobre todo a gatitos y gatos no vacunados. Se transmite a través de la saliva, la orina, las heces y el vómito de forma directa, o indirecta a través de fómites ya que es un virus altamente resistente, pudiendo permanecer meses en el ambiente. La panleucopenia se caracteriza por afectar al sistema digestivo e inmuninatario. La sintomatología y la analítica de sangre pueden ayudarnos en el diagnóstico, pero otra forma segura y rápida de confirmarlo es realizando un test de antígenos en heces o una PCR (en sangre o heces). No existe un tratamiento específico para la panleucopenia, deberemos aplicar tratamiento de soporte con su correspondiente medicación y prestando especial atención en la hidratación y la sintomatología gastrointestinal. En la clínica cualquier gato que está bajo sospecha de padecer panleucopenia deberá ser aislado, llevando a cabo un riguroso protocolo específico para evitar el contagio a otros pacientes y elegir muy bien el producto desinfectante que se usará para la limpieza ya que este virus además de ser extremadamente resistente en ambiente, también es resistente a la mayoría de soluciones. Existe una vacuna que está incluida en la primovacunación la cual debemos informar y recomendar al propietario, ya que la prevención siempre es la mejor opción.

Raquel Bernabé, auxiliar de veterinaria

ATV responsable hospitalización y equipo enfermería Clínica Felina Barcelona

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