Los neonatos, caninos y felinos, nacen menos desarrollados que otras especies, siendo frecuente una alta tasa de mortalidad durante las primeras semanas de vida.
Cuando recibimos en nuestro centro un paciente neonato, lo ideal es poder recabar toda la información posible sobre la madre, el parto y el área donde se desarrollará.
Las principales causas de muertes en el paciente neonato son por hipoxia, hipotermia, hipoglucemia, deshidratación o infección.
Los cuidados intensivos en neonatos deben, por lo tanto, dirigirse hacia el control de los principales factores de riesgo y detectar los signos clínicos que pueden indicarnos que nuestro paciente está enfermo. Estos signos clínicos pueden ser: llanto continuado, vómitos, diarreas, disnea, dolor abdominal, descarga nasal, etc.
Para realizar la evaluación del neonato se puede utilizar la adaptación de la escala de puntuación de Apgar mediante la cual se valoran determinados parámetros. Esta escala nos sirve también para determinar si los cuidados intensivos que estamos realizando están siendo efectivos.
Debemos tener en cuenta que una exploración física general de un neonato no se parece a la de un adulto, muchos parámetros son diferentes. Por ejemplo, la termorregulación no es funcional al nacer, por lo que los neonatos tendrán temperaturas menores que las de un adulto. También encontraremos diferencias en el tono muscular, reflejo de amenaza, frecuencia cardiaca y respiratoria, sin olvidarnos de la ausencia de reflejo perineal hasta las 8 semanas de edad por lo que tendremos que estimularlos cada vez que se alimenten para que orinen y defequen.
El 80% del peso del cachorro al nacer es agua y esto, junto con otros factores, como la presencia de una gran área de superficie corporal, su piel permeable o su deficiente funcionalidad renal, es lo que favorece que un cachorro se deshidrate. Normalmente podemos asociar la deshidratación con un nacimiento prematuro, diarrea, vómitos o déficit de amamantamiento.
La deshidratación puede ir acompañada de hipoglucemia. Los neonatos tienen baja reserva de grasa corporal, una gluconeogénesis limitada e inmadurez hepática, por lo tanto, un ayuno de más de 2 horas puede provocar hipoglucemias. Por lo tanto debemos monitorizar los niveles de glucemia.
Estos cachorros también nacen con un sistema inmune inmaduro y su inmunidad depende de la transferencia de anticuerpos maternos a través del calostro. Cuando este calostro está contaminado por patógenos como en el caso de que la madre presente mastitis, el neonato ingiere estas bacterias junto a la leche pudiendo tener graves consecuencias en el mismo.