La toracocentesis es la técnica que se realiza para drenar por aspiración la cavidad pleural mediante una punción en la pared torácica.
Este procedimiento se aplica en pacientes que padecen un derrame pleural (acumulación de líquido en espacio pleural) o un neumotórax (aire entre los pulmones y la pared torácica). En el caso de tener un paciente con derrame pleural, podemos encontrarnos diferentes tipos de fluidos: hemotórax (sangre), piotórax (pus), quilotórax (linfa), trasudado o exudado (líquido seroso).
El material que se necesita para realizar una toracocentesis es: 1 palomilla (que se elegirá según tamaño del paciente y densidad del líquido a extraer), 1 llave de 3 vías, 1 jeringa (de 10ml o 20ml), 1 recipiente (para depositar el contenido del espacio pleural), guantes estériles, gasas, clorhexidina, alcohol, máquina para rasurar y 1 alargador de gotero (opcional).
Para un manejo seguro y eficaz, se recomienda sedar al paciente, monitorizarlo y facilitarle oxigenoterapia durante todo el proceso. La posición del paciente también es muy importante, la más recomendable es en decúbito esternal para que pueda soportar mejor la disnea y, además, esta postura (en el caso del derrame pleural) facilita un mejor drenaje aspirando el máximo de líquido posible, aunque el acceso a la parte ventral es más difícil. Otra postura que podemos aplicar es en decúbito lateral la cual nos puede facilitar el acceso, pero nuestro paciente pude padecer más distrés respiratorio y no nos sirve para la obtención de muestra en caso de tener una efusión pequeña (volumen pequeño de líquido).
Antes de comenzar debemos tener todo el material cerca y preparado. Conectaremos la palomilla a la llave de tres vías y ésta a la jeringa y/o al alargador (opcional), una vez preparado, localizaremos el tórax medio, entre la 6º y la 9º costilla, o nos ayudaremos con un ecógrafo para localizar con mayor exactitud la zona donde realizar la punción. A continuación, debemos rasurar la zona y preparar el campo de forma aséptica con alcohol y clorhexidina, y finalmente procederemos a la punción de la pared torácica.
Si nuestro paciente padece un neumotórax, debemos hacer la punción en la parte superior del tórax, pero si padece un derrame pleural la punción se realizará en la parte inferior. En cualquier caso, una vez introducida la palometa en el subcutáneo, debemos dirigir e introducir la aguja en el espacio intercostal siempre por la parte craneal de las costillas para evitar dañar los vasos intercostales. Cuando tengamos localizada la zona a drenar, manipularemos con extremo cuidado la llave de tres vías paras succionar todo el aire o líquido que debemos vaciar y evitar introducir aire en la cavidad pleural. En el caso de estar drenando un neumotórax, debemos vaciar hasta obtener presión negativa, y en el caso de estar drenando un derrame pleural, vaciaremos hasta dejar de obtener líquido.
La recolección del líquido debe ser en EDTA, suero, tubo estéril (para cultivo) o en portaobjetos (para citología).