El conejo doméstico (Oryctolaguscuniculus) es un animal que cada día más gente elige tener como mascota y que cada vez con mayor frecuencia encontramos en la consulta o sala de hospitalización de una clínica u hospital veterinario. Es por ello que como ATVes puede resultar interesante, e incluso necesario, conocer un poco más de estos pequeños mamíferos herbívoros para proporcionarles los cuidados que requieren en caso de ser necesario.
Enfermedades más frecuentes
Una de las enfermedades más frecuentes en el conejo son las enfermedades digestivas, como la parada o estasis gastrointestinal. El inicio es la hipomotilidad gastrointestinal (disminución significativa de las contracciones musculares del estómago e intestino), produce el desarrollo de una dilatación gástrica, la cual puede desembocar en una obstrucción gastrointestinal.
Los problemas digestivos están estrechamente relacionados con el resto de patologías, puesto que uno de sus precursores es el estrés y el dolor. Por ejemplo, otra de las enfermedades frecuentes en conejos es la enfermedad dental, causada generalmente por una dieta incorrecta. La dentición del conejo es hipsodonta, eso significa que los dientes son de crecimiento constante y necesitan desgastarse continuamente para no desarrollar dicha enfermedad.
Las enfermedades respiratorias son comunes en conejos domésticos y pueden ser producidas por infecciones bacterianas, víricas u otros procesos respiratorios como traumatismos, golpe de calor, derrame pleural o edema pulmonar de origen cardiogénico, timomas y adenocarcinomas (éstos últimos suelen metastatizar desde el útero).
Otro motivo frecuente de hospitalización es el head tilt o ladeo cefálico, el cual es un signo neurológico causado por una alteración en el sistema del equilibrio y está asociado a un síndrome vestibular central (ej. cerebelo, tronco encefálico) o periférico (ej. oído medio y/o interno).
Es importante tener también en cuenta que los conejos son animales muy nerviosos y cualquier movimiento brusco puede fracturar alguno de sus huesos. En ocasiones se dan accidentes en los que el conejo es pisado por sus dueños o cae desde una altura considerable. También pueden producirse fracturas por descalcificaciones nutricionales debido a una dieta inadecuada y/o insuficiente, e incluso por un mal manejo a la hora de manipular al animal.
En hembras es importante realizar la cirugía de esterilización para prevenir el desarrollo posibles neoplasias como el adenocarcinoma uterino, la neoplasia más común en conejas con una incidencia del 50-80% en conejas mayores de 4 años.
Además, tanto en machos como en hembras es recomendable la castración para reducir problemas de comportamiento como la agresividad, el marcaje con orina o la monta recurrente.
A la hora de preparar la instalación de un conejo hospitalizado es necesario tener en cuenta el motivo de su hospitalización y adaptar dicha instalación a sus necesidades. A grandes rasgos las instalaciones pueden dividirse en: instalación básica para conejos sin necesidad de adaptación específica, instalación para conejos con obstrucción digestiva, sedados o en recuperación tras una anestesia, conejos que requieren limitación de movimiento tras una fractura, conejos con “rolling”, y conejos postrados o con movilidad muy reducida.
¿Qué se debe monitorizar siempre en nuestro paciente?
Es importante registrar el peso corporal 1 o 2 veces al día además de seguir los pasos A,B,C y D:
Actitud (detección de signos de dolor en el conejo) y Belleza o apariencia física del conejo.
Comida: es muy importante controlar que el conejo coma con normalidad. Hay distintos tipos de alimentación: alimentación no forzada, cuando el conejo come por sí mismo, y alimentación forzada, cuando el conejo no come nada o no come lo suficiente. La alimentación forzada puede ser con jeringuilla o con la colocación de una sonda nasogástrica (SNG).
Deyecciones: los conejos producen dos tipos de heces, heces duras y cecotrofos. Éstos últimos los comen directamente del ano para reaprovechar nutrientes y es imprescindible para su salud. Es fundamental controlar que el conejo defeque y orine con normalidad y de no hacerlo, aplicarle los cuidados necesarios.
Según la necesidad del paciente, podría ser recomendable monitorizar también: temperatura, FC, FR, SPO2, revisión de heridas, revisión ocular y/o revisar el estado de la vía intravenosa.