Transformación de sector
En los últimos años ha habido un aumento evidente del número de gatos como animal de compañía y, por lo tanto, también en diferentes ámbitos como los sociales y clínicos. Se ha visto un claro aumento de cat cafés, asociaciones protectoras, asociaciones clínicas especializadas en el gato como la ICC (International Cat Care), la ISFM (International Society of Feline Medicine), la AAFP (American Association of Feline Practitioners) o el GEMFE (Grupo de Estudio de Medicina Felina de España), clínicas y hospitales felinos, y todos estos cambios también han venido acompañados por el aumento de formación específica.
La ISFM (Asociación Internacional de Medicina Felina) es la responsable de acreditar como clínicas Cat Friendly a todos aquellos centros veterinarios que demuestren tener la formación, el material y el manejo adecuados para los pacientes felinos. Centro y personal han de cumplir los requisitos establecidos y conseguir la preciada acreditación distintiva de la que, además, existen 3 categorías (bronce, plata y oro) según los requisitos que se lleguen a cumplir.
El manejo respetuoso hacia los gatos es el principal objetivo de las clínicas cat friendly, reduciendo e incluso eliminando el miedo, la ansiedad y el estrés de los pequeños felinos y reforzando el vínculo con el paciente y el propietario. De este modo hay un aumento de la eficacia, disminución de las lesiones y, en consecuencia, una mayor satisfacción y mejora del trabajo y del diagnóstico. Para ello los centros felinos requieren de una serie de adaptaciones o modificaciones.
Si el centro veterinario no es exclusivo para gatos, podemos adaptarlo empezando por una buena gestión de la agenda. Habrá que intentar preservar las necesidades de los pacientes felinos respetando (entre otras cosas) su apreciado espacio territorial con días específicos para gatos, franjas horarias donde concentrar todas las visitas y/o cirugías felinas, u ofreciendo un servicio de aviso cuando nuestra sala de espera quede o quedará despejada.
La limpieza es una parte importantísima en una clínica cat friendly ya que los gatos son animales macrosmáticos, es decir, que tienen el olfato muy desarrollado, por lo tanto, son muy sensibles a los olores y en consecuencia pueden tener respuestas comportamentales.
Los pacientes felinos deberían poder esperar en una sala independiente del resto de pacientes, con zonas altas para los trasportines, con un ambiente audiovisual controlado y con FFF (feromonas faciales felinas) si se cree necesario. Cuando no se dispone de espacio suficiente para tener varias salas de espera, se puede dividir la sala creando dos zonas y evitando el contacto visual entre ellas. Otra opción es ofrecer otra sala o zona del centro veterinario que esté apartada y libre (una consulta vacía, zona de hospitalización, sala de imagen, etc.). Ésta opción también puede resultar muy útil cuando tenemos un paciente que muestra estrés o nerviosismo. Si no podemos optar a ninguna de las opciones anteriores, se puede intentar crear una zona de confort para el gato dándole la oportunidad de esconderse tapando su trasportín (ej. Toalla).
Respecto a la decoración : los pequeños detalles marcan grandes diferencias. Si se quiere fidelizar al cliente felino hay que empezar por demostrarles que los gatos también nos importan. Una clínica armonizada y equilibrada en imágenes es un buen principio.
En el caso de las consultas lo más conveniente es tenerlas s separadas. La consulta felina debe disponer de una mesa antideslizante (que se pueda limpiar o con material auxiliar desechable), sin recovecos donde pueda desaparecer el paciente y con material específico (pequeño y poco ruidoso). Hay que proveer la consulta con juguetes, golosinas para gatos, FFF (Feliway) y/o catnip (hierva gatera) y tener especial cuidado y atención con la limpieza. Disponer de una luz que se pueda ajustar al estado anímico del paciente también pude ayudar.
La hospitalización felina debe estar separada, con jaulas elevadas, sin vecinos frontales y evitando zonas de paso. El material de la jaula no debería ser de acero inoxidable, y dentro de la misma ofrecer un escondite, un lugar donde elevarse, y el espacio suficiente para mantener las zonas de descanso, comida y arenero separadas en la medida de lo posible.
En la sala de imagen también es muy importante poder controlar la iluminación y los ruidos, tener el material adecuado (pequeño y poco ruidoso) preparado y accesible. La mesa donde tendremos a nuestro paciente debe estar dispuesta de zona antideslizante y mullida con material auxiliar o que se pueda limpiar, y una vez más, tener muy presente la limpieza.
Por último, en el área quirúrgica podemos englobar las salas de pre y post quirófano con el propio quirófano. Hay que tener zonas altas para los trasportines, material adecuado y preparado, mesas antideslizantes (que se puedan limpiar o con material auxiliar) y control de la iluminación, el ruido y la temperatura ambiental. Las jaulas no deben ser de acero inoxidable, deben estar elevadas y sin vecinos frontales. Se debe ofrecer un escondite, sobre todo si no se pueden cumplir los requisitos anteriores o se tienen vecinos no felinos. Ofrecer una prenda del propio paciente puede ayudar, y… más limpieza.