Abdominocentesis

La abdominocentesis se define como la técnica para la obtención de fluido peritoneal de la cavidad abdominal. Este procedimiento se realiza siempre que se sospeche o se confirme la existencia de líquido libre.

El líquido libre que obtenemos para analizar es un trasudado, un trasudado modificado o un exudado y suele ser causado por en enfermedades o procesos como cardiomiopatías, abdomen séptico o hemorragias.

El procedimiento suele ser sencillo y seguro, aunque no podemos olvidar las complicaciones como el hemoperitoneo iatrogénico, punción de órganos accidental, peritonitis séptica o neumoperitoneo.

Aunque es una técnica muy segura, existen contraindicaciones para realizarla y tenemos que conocerlas: animales con coagulopatías, con organomegalias severas, distensión de las vísceras abdominales. De todas formas, el veterinario deberá sospesar los riesgos y beneficios en estos pacientes para tomar la decisión de obtener o no la muestra de líquido.

A continuación, describiremos las cuatro técnicas más comunes para la obtención de la muestra. Para ellas, el material que necesitamos será el siguiente:

-Ecógrafo

-Rasuradora

-Guantes estériles

-Solución limpiadora (alcohol y clorhexidina)

– Anestésico local

-Tubos para la conservación de la muestra (EDTA, suero/plasma y medio de cultivo)

-Agujas de 20 o 22 Gauge

-Catéter de 16 a 20 Gauge

– Jeringas para la obtención de la muestra

– Alargo de 25 cm con llave de tres vías

-Sistema cerrado para recolectar el líquido de forma estéril

– Recipiente para contener el líquido

La necesidad de este material variará en función de la técnica escogida para la abdominocentesis.

En función de la razón por la que debamos realizar este procedimiento existen diferentes técnicas, por ejemplo, si queremos obtener una muestra para el diagnóstico, se utilizan las técnicas de drenaje pasivo 4 cuadrantes, drenaje pasivo por aguja abierta y abdominocentesis cerrada con aguja. Si queremos realizar una abdominocentesis para drenar grandes volúmenes de líquido que comprometen al paciente, podemos utilizar el drenaje pasivo a través de un sistema cerrado de recolección o el aspirado activo a través de un alargo con jeringa como si de una toracocentesis se tratara.

En el vídeo de hoy, veremos 2 técnicas para obtención de muestra y 2 para el drenaje de una gran cantidad de fluido.

Si la muestra obtenida es sangre, deberemos asegurarnos de que no coagula, de lo contrario, no se trata de líquido libre sino que habremos puncionado algún órgano o vaso sanguíneo.

Drenaje pasivo a través de aguja

Esta técnica es apropiada cuando el paciente tiene una gran cantidad de líquido libre. Deberemos rasurar un cuadrado alrededor del ombligo de unos 4 por 4 centímetros. A continuación, limpiamos la zona con clorhexidina y alcohol y nos colocaremos guantes estériles. Cogemos una aguja estéril y puncionamos unos 6 centímetro craneal al ombligo palpando previamente que no hay ninguna víscera (bazo o hígado entre otros) dónde vamos a puncionar. Si hay algún órgano en la palpación, buscaremos el lugar idóneo. Pincharemos y deberá fluir el líquido a través de la aguja. Conectamos una jeringa y aspiramos 2 mililitros para rellenar los tubos de muestra. Una vez obtenida la muestra, retiramos la aguja y limpiamos la piel.

Abdominocentesis por aspiración cerrada

Con esta técnica necesitamos el ecógrafo para buscar la ventana de líquido idónea para la punción. Una vez localizada, desinfectaremos con alcohol y clorhexidina y puncionaremos visualizando la aguja con el ecógrafo. Una vez introducida, aspiramos la muestra necesaria, unos 2 mililitros, para poder analizar el líquido. Sacamos la aguja y limpiamos la piel para finalizar.

Drenaje abdominal por aspirado activo

Esta técnica sirve para eliminar una gran cantidad de líquido libre. Nos ayudamos del ecógrafo para localizar la ventana idónea para realizar la aspiración. En este procedimiento necesitamos 2 personas: la que punciona y la que realiza la aspiración.

Necesitamos una aguja o catéter unida a un alargo corto con llave de tres vías y una jeringa para aspirar. Deberemos rasurar una zona amplia (un cuadrado de unos 10 cm), desinfectar la zona con clorhexidina y alcohol y localizar la ventana con el ecógrafo. Una vez decidida la zona donde pincharemos, introducimos la aguja y nuestro ayudante aspirará cuando le digamos. A través de la llave de tres vías se cerrará la entrada cada vez que se desconecte la jeringa para vaciar. Una vez aspirada la cantidad necesaria, se retirará la aguja o catéter y se limpiará la piel. Si hemos puncionado con un calibre muy grueso, es posible que siga saliendo gotas de líquido hasta que el orificio se cierre, por lo que deberemos tapar el punto con un apósito.

 

Drenaje abdominal pasivo con sistema cerrado

En esta ocasión el objetivo será también drenar el exceso de líquido acumulado pero la técnica se realiza mediante un sistema de recolección cerrado y mediante drenaje pasivo. Es un proceso más lento que el anterior, pero permite que el animal no sufra una descompensación por eliminar el líquido demasiado rápido.

La técnica es exacta a la anterior sólo que se deja un drenaje o catéter conectado a un sistema cerrado con bolsa.

Una vez obtenida la cantidad de liquido apropiada, se retira el drenaje y colocamos un apósito en el punto de punción.

 

Coordinadora de Auxiliares del HCV de la UAB

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