La importancia de un buen posicionamiento radiológico

Las radiografías son un medio diagnóstico muy importante y útil, pero es importante un buen posicionamiento radiográfico, sin él podemos fallar en nuestro diagnóstico.

Para posicionar correctamente un animal a la hora de realizar una radiografía debemos conocer la anatomía del animal y la terminología direccional descriptiva. Cuando un paciente no este posicionado adecuadamente, la interpretación de la radiografía puedo llevar al radiólogo a dar un diagnóstico erróneo. Para posicionar correctamente un paciente, deberemos tener en cuenta que tendremos que inmovilizarlo. Esta inmovilización puede ser química, mediante la administración de sedantes o anestésicos, mecánica, usando sacos de arena o contenciones. La inmovilización manual, aunque posible, debería ser evitada dado el riesgo de recibir una exposición a radiación elevada. Será importante que antes de realizar nuestra radiografía comprobemos que el animal tiene el pelo limpio y seco, para evitar artefactos que puedan aparecer en la placa. Siempre que vayamos a radiografiar un paciente debemos tener en cuenta que es importante realizar un mínimo de dos proyecciones en dos posiciones distintas, ya que trabajamos sobre una imagen en dos dimensiones de un cuerpo en tres dimensiones. Si realizamos una sola proyección algunas patologías pueden quedar maquilladas/escondidas. Quitaremos todo collar, correa, medicina tópica y vendaje que pueda provocar artefacto, siendo este concepto cualquier movimiento o borrosidad que podamos observan en nuestra radiografía.

A la hora de hablar de posiciones y describir la imagen utilizaremos un vocabulario que será universal, hablaremos de Dorsoventral – Ventrodorsal, Medial – Lateral, Proximal – Distal, Craneal – Caudal, Plantar – Palmar, Craneocaudal – Caudocraneal, Dorsopalmar – Palmodorsal y Dorsoplantar – Plantodorsal. Usaremos también las palabras Oblicua y Rostral en relación a la disposición del cuerpo y la placa.

De forma rutinaria realizamos múltiples radiografías de tórax y abdomen. Las radiografías de tórax son usadas principalmente para evaluar los tejidos blandos de la cavidad torácica. Suelen ser disparadas en el punto de máxima inspiración, a no ser que se sospeche un neumotórax, donde dispararíamos en la pausa espiratoria. Las radiografías más comunes son las laterales y la ventrodorsal. Si no podemos realizar una ventrodorsal adquiriremos una dorsoventral seguida de ambas laterales. Adquiriremos primero las VD o DV para evitar que los pulmones se colapsen. En todas las proyecciones de tórax extenderemos las EEAA cranealmente para evitar la superposición de los músculos del hombro sobre las estructuras torácicas. Si queremos comprobar la presencia de aire o liquido libre en la cavidad torácica sería necesaria una placa lateral y VD con el rayo en horizontal.

Las radiografías de abdomen son usadas principalmente para evaluar los tejidos blandos del abdomen. Estas serán disparadas después de una espiración completa y antes del inicio de la inspiración. Suelen adquirirse en lateral y en ventrodorsal. En condiciones idóneas, las radiografías de abdomen deben ser adquiridas después de 12 horas de ayuno, a no ser que las condiciones médicas hagan que el ayuno este contraindicado. Si fuese necesario daríamos un enema 3-4 horas antes de la radiografía para limpiar el tracto intestinal, dejándonos ver mejor las estructuras.

Cuando queremos visualizar  huesos y articulaciones realizaremos nuestro estudio centrados en la región anatómica concreta y teniendo en cuenta las peculiaridades respecto al posicionamiento de cada región.

En el caso de las radiografías de pelvis son usadas principalmente para visualizar los huesos y articulaciones de la misma. La más común es la ventrodorsal con EEPP extendidas. Además de ésta también suelen realizarse una proyección en ventrodorsal ancas de rana y lateral. Si se sospecha de displasia de cadera se usa una técnica más avanzada conocida como el método PennHIP. Esta técnica requiere de equipo especializado y la realizará solo aquel que haya pasado por un entrenamiento adicional y este certificado.

Las radiografías de extremidades son usadas principalmente para detectar fracturas o luxaciones. Su posicionamiento debe realizarse teniendo en cuenta que la extremidad esté en paralelo y pegada a la placa para evitar artefactos de magnificación y distorsión. Vamos a colimar al máximo el rayo para estudiar la región que necesitamos, y evitaremos abrir en exceso. Usaremos proyecciones caudocraneales, craneocaudales y laterales, así como dorsopalmares/plantares y laterales  en el caso de carpo/tarso, metacarpo/tarso y falanges. Utilizaremos también proyecciones oblicuas de carpo y tarso y vistas flexionadas para codos, y añadiremos vistas también extendidas de carpos y tarsos.

Las radiografías de cráneo pueden evaluar las bullas timpánicas, los senos nasales y el foramen magno, además de detectar lesiones óseas o radiopacas. Es necesaria la precisión a la hora de radiografiar un cráneo, ya que muchas veces la evaluación de estas placas se basa en la simetría entre los dos lados del cráneo. Si tuviéramos al animal intubado deberemos recolocar el tubo endotraqueal  antes de tomar la placa para evitar asimetrías. La rutina de estudio del cráneo será una placa lateral y una DV/VD, aunque podemos estudiar otras anatomías más concretas del cráneo con otras proyecciones.

Las radiografías de columna serán principalmente usadas para estudiar posibles lesiones vertebrales además de poder evaluar los espacios discales. Deberemos colocar con cuidado al paciente para conseguir que la columna vertebral este paralela a la placa, para evitar imágenes erróneas. Comúnmente utilizaremos vistas en lateral y en VD, aunque la columna cervical también puede ser estudiada en extensión y flexión.

TSID, Hospital Ars Veterinaria

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